El CEO de BlackRock asegura que la demanda por Bitcoin nace del temor global a la inflación, la inestabilidad geopolítica y la desconfianza en el sistema financiero tradicional.
De crítico a protagonista: la transformación de Fink respecto a Bitcoin
Larry Fink explicó cómo pasó de ser uno de los mayores escépticos institucionales de BTC a liderar el lanzamiento del que hoy es el ETF de Bitcoin más grande del mundo. Según él, Bitcoin es un “activo del miedo” porque los inversores recurren a él cuando temen que los sistemas financieros y monetarios tradicionales se debiliten.
El giro de BlackRock no fue ideológico: nació de la presión de clientes institucionales que pedían una vía regulada y segura para exponerse a Bitcoin sin gestionar llaves, wallets ni infraestructura cripto.
El ETF de Bitcoin de BlackRock: éxito inesperado y adopción institucional
Fink afirmó que el ETF superó con creces sus expectativas, atrayendo fuertes flujos incluso de instituciones conservadoras. La facilidad operativa y el marco regulado permitieron a fondos, aseguradoras y gestores tradicionales entrar en BTC por primera vez, impulsando la adopción a escala global.
Bitcoin como macro-hedge y como termómetro del miedo
Para Fink, Bitcoin se ha convertido en un activo con doble narrativa:
- Cobertura macro frente a inflación, conflictos geopolíticos y debilidad monetaria.
- Activo psicológico, impulsado por la ansiedad global y el temor a la ineficiencia del sistema financiero.
Fink sostiene que no se necesita creer en la ideología cripto para entender su atractivo: basta con reconocer que BTC es escaso, descentralizado y resistente a la manipulación estatal.
Un cambio estructural en las finanzas globales
El relato de Fink refleja un cambio profundo en Wall Street: la transición desde el rechazo a la adopción masiva de activos digitales. Con BlackRock liderando el mayor producto institucional de BTC, su visión moldeará la narrativa, la regulación y la percepción del mercado durante los próximos años.
Conclusión
Bitcoin, según Fink, prospera en tiempos de incertidumbre y erosión de confianza. Si seguirá siendo principalmente un “activo del miedo” o evolucionará hacia una categoría de inversión más amplia dependerá del rumbo macroeconómico, pero BlackRock ya juega un papel decisivo en ese futuro.



